Marco se mostró escéptico acerca de dejar de fumar a través de la música. Sin embargo, después de tres semanas de escuchar diariamente, sintió una reducción significativa en su deseo de fumar. "Era como si la música le hablara directamente a mi subconsciente, liberándome gradualmente de mi necesidad de nicotina", dice.

Léa descubrió la musicoterapia mientras investigaba métodos alternativos de destete. Se sorprendió al descubrir que las frecuencias y mensajes musicales apenas perceptibles tenían un impacto real. “Nunca creí en soluciones milagrosas, pero me sorprendió que ya hubiera pasado mucho tiempo desde mi último cigarrillo”, dice sonriendo.

Para Julio, la musicoterapia fue una verdadera sorpresa. “Pensé que sería otro intento fallido, pero la facilidad con la que me detuve realmente me sorprendió. Fue como si la música hubiera abierto una puerta en mi mente”, explica.